viernes, 16 de agosto de 2019

De Rhenen a Wamel

El día comienza discurriendo por el Parque Nacional Utrechtse Heuvelrug, un paraje natural de bosques, pastos y llanuras inundadas, cuya formación se remonta a la última glaciación.





Nuestra primera parada la hacemos desviándonos para ver el castillo de Amerongen pero, para nuestra desgracia, es lunes y los lunes no abren. Nuestro gozo en un pozo. Hay que volver en otra ocasión. Nos tenemos que conformar con hacer una foto desde la verja de entrada.



Un tanto frustrados continuamos la jornada. Remontamos en nuestras bicicletas, ahora camino de Wijk bij Duurstede (que significa algo así como alrededores de o barrio de Duurstede), una pequeña ciudad de la provincia de Utrecht que tuvo en su momento gran auge e importancia como puerto comercial hasta su destrucción por parte de los vikingos, donde tenemos la esperanza de poder encontrarnos con un nuevo castillo (Kasteel Duurstede).

La ciudad de Wijk bij Duurstede se encuentra en la margen derecha del Lek, uno de los ramales en los que poco a poco va desgajándose el Rin desde su llegada al delta, antes de desparramarse definitivamente en las aguas del Mar del Norte. En Wijk bij Duurstede nos sorprende un precioso, bien cuidado y curioso molino de viento de vistosa presencia, que es atravesado en su base por una carretera, por lo que se puede cruzar de un lado a otro en bicicleta o en coche. Más tarde nos enteramos de que es el único molino en el mundo que posee esta característica.


Atravesamos el molino con ánimos renovados después del encuentro afortunado con ese monumento singular, para seguir nuestro itinerario en busca del castillo perdido, ya muy próximo, que resulta ser otra preciosidad.

El castillo de Duurstede (Dorestad) es considerado por los expertos como uno de los castillos medievales más bellos de los Países Bajos y tiene el estatus de Monumento Nacional. Durante un tiempo fue propiedad de Carlos V. Posteriormente pasó a pertenecer a la provincia de Utrecht y después a depender de la ciudad de Wijk bij Duurstede. Sin medios para su mantenimiento, estuvo durante largo tiempo abandonado, descuidado y deteriorándose, hasta que en el siglo XX se procedió a su reconstrucción, una larga rehabilitación que se dio por finalizada en el año 2013. En la actualidad se puede visitar y es utilizado para eventos, celebraciones y espectáculos de diverso tipo.





Poco tiempo después de retomar la ruta, cruzamos por primera vez el río en el ferry hacia Riswijk y unos kilómetros más adelante tenemos que hacer lo mismo para atravesar otro canal desde la localidad de Tiel para desembocar directamente en  Wamel, nuestro destino del día. Justo al otro lado se encuentra el pequeño hotel Veerhuis, tranquilo, acogedor y con un aire romántico algo decadente. 





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